El patrón de consumo intensivo intermitente de alcohol (Binge Drinking) se ha consolidado entre adolescentes y jóvenes. Este patrón (BD) ha despertado una fuerte preocupación en la comunidad neurocientífica por su posible impacto en un cerebro aún en maduración. Algunas regiones como el córtex prefrontal y el hipocampo, de maduración más tardía, y los importantes procesos que éstas organizan, parecen diana especial de la acción del alcohol. El cerebro del adulto joven sufre cambios dinámicos en muchos aspectos. El consumo excesivo de alcohol es común y tiene efectos neurológicos. Se necesita indagar más para comprender los factores de riesgo y protección del consumo de alcohol entre los jóvenes, y las consecuencias del consumo continuado están bajo investigación en curso. El uso de sustancias de inicio temprano se asocia con una mayor probabilidad de adicción, pero los cambios estructurales en el cerebro se pueden restaurar con períodos de abstinencia tan largos como sea posible.
ABSTRACT
The pattern of intensive intermittent alcohol consumption (Binge Drinking) has become consolidated among adolescents and young adults. This pattern (BD) has aroused strong concern in the neuroscientific community for its possible impact on a still maturing brain. Some regions such as the prefrontal cortex and the hippocampus, which mature later, and the important processes they organize, seem to be particularly targeted by alcohol. The young adult brain undergoes dynamic changes in many respects. Excessive alcohol consumption is common and has neurological effects. More research is needed to understand the risk and protective factors for alcohol use among young people, and the consequences of continued use are under ongoing investigation. Early-onset substance use is associated with an increased likelihood of addiction, but structural changes in the brain can be restored with periods of abstinence that are as long as possible.